Hechos 28:2-10.
A veces en la vida nos sentimos apesadumbrados
porque una víbora parece haberse apoderado de nuestras finanzas, nuestras
relaciones, nuestras propiedades, trabajo o iglesia.

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Antes de la víbora,
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con la víbora en la mano y
·
después de la víbora.
ANTES DE LA
VIBORA:
Si leemos el capítulo 27 de
Hechos encontramos que Pablo se encontraba en un barco.
Era llevado como prisionero
a Roma y en medio del mar se desata una tempestad.
Hechos 27:14-19 dice:
“Poco después se nos vino encima un viento huracanado, llamado Nordeste,
que venía desde la isla. El barco quedó atrapado por la tempestad y no
podía hacerle frente al viento, así que nos dejamos llevar a la deriva.
Mientras pasábamos al abrigo de un islote llamado Cauda, a duras penas pudimos
sujetar el bote salvavidas.
Después
de subirlo a bordo, amarraron con sogas todo el casco del barco para
reforzarlo. Temiendo que fueran a encallar en los bancos de arena de la Sirte,
echaron el ancla flotante y dejaron el barco a la deriva. Al día
siguiente, dado que la tempestad seguía arremetiendo con mucha fuerza contra
nosotros, comenzaron a arrojar la carga por la borda. Al tercer día, con sus
propias manos arrojaron al mar los aparejos del barco. Como pasaron
muchos días sin que aparecieran ni el sol ni las estrellas, y la tempestad
seguía arreciando, perdimos al fin toda esperanza de salvarnos”.
Vemos que antes de la experiencia con la víbora
una tempestad los abrazó en el mar. Perdieron hasta la esperanza de sobrevivir.
Hay momentos críticos
en nuestra vida que parecen una espiral. Una secuencia de hechos nos
sorprenden. Hasta casi perdemos la esperanza de poder continuar.
Sorprendentemente Pablo
trasmite un mensaje de esperanza a la tripulación angustiada
con estas palabras:
Hechos
27:24-26.
“Anoche se me apareció un ángel del Dios a quien pertenezco y a quien
sirvo, y me dijo: “No tengas miedo, Pablo. Tienes que comparecer ante el
emperador; y Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan
contigo.” Así que ¡ánimo, señores! Confío en Dios que sucederá tal y como
se me dijo. Sin embargo, tenemos que encallar en alguna isla.»
En medio de la angustia
Dios puede enviar ángeles para animarnos y para que animemos a otros. La esperanza para los angustiados presos y
guardianes fue como oxigeno a sus vidas. Naufragaron, pero la promesa de Dios
se mantuvo. Sus vidas no perecieron. Es lo mismo contigo y conmigo. Dios en
medio de las tempestades de la vida nos dirá: “Se perderá el barco, el trabajo,
el dinero, la salud o algo preciado pero nada les tocará internamente porque yo
les sostengo.
CON LA VÍBORA
EN LA MANO.
Y acá aparece un nuevo ingrediente.
Y acá aparece un nuevo ingrediente.
Luego de llegar a una isla como náufragos.
Habiendo sorteado las vicisitudes de la vida que los
amenazaba encienden una fogata.
Enciende el fuego en medio de las
vicisitudes de la vida.
Estaban respirando profundo y con el alma un
tanto aliviada cuando Pablo arreglando la fogata es sorprendido por una víbora.
No solo fue mordido, sino que la víbora se prendió de su mano.
¿Haz estado en medio de una cadena de eventos
que parece que no se rompe? ¿Una cosa detrás de la otra? La serpiente era
altamente venenosa. ¿Qué hacer? Pablo sacude la víbora y ella cae al fuego.
Hay momentos en la vida en
que tenemos que decidir si nos quedamos frustrados llorando y esperando que el
telón se cierre o si decidimos sacudir nuestra mano.
Los que miraban comenzaron a decir que la
maldición perseguía a Pablo, pero el no prestó atención a esto. Muchos estarán
viendo lo que sucede y no dejarán de decir: “Algo
errado hay con esta persona” “Una cosa tras la otra”. Palabras que nos
paralizan.
Pero lo mejor no solo es sacudir la mano, sino
también la mente, la actitud y dejar florecer la
fe y la esperanza.
No importa cuantas víboras
se prendan de tu mano. Dios no te llamó para ser consumido por las víboras de
la angustia, la desesperanza y la duda, sino para sacudirla.
“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”. Viktor Frankl (1905-1997) Psiquiatra y psicoterapeuta austriaco.
DESPUES DE LA
VÍBORA.
Esta es la parte más hermosa.
Esta es la parte más hermosa.
Cuando la gente esperaba
que Pablo muriera, porque ya ellos conocían la historia con esa clase de
víboras y al ver que eso no sucedía cambiaron de opinión.
Ya Pablo no era para ellos
una maldición sino que lo vieron como un dios.
Publio el funcionario de la
isla llevó a Pablo a su casa porque su padre estaba enfermo. Pablo el Naufrago
entró a la casa y oró por el padre de Plubio y el milagro sucedió y el pasaje
dice: “Como consecuencia de esto, los demás enfermos de la isla también acudían
y eran sanados. Nos colmaron de muchas atenciones y nos proveyeron de
todo lo necesario para el viaje”.
Un avivamiento sucedió y la provisión que
necesitaban para seguir llegó. Esto realmente tiene que animarnos. Luego
que sacudas la víbora de tu vida entenderás que en el plan de Dios cada cosa
que sucede se convierte en una gran puerta de oportunidades abiertas. Todo un
avivamiento se derramó en la isla y no solo Dios se glorificó sino que lo que
ellos necesitaban para continuar les fue provisto. Amado, no es lo que sucede
antes de la víbora ni cuando tenemos nuestra mano atrapada por una serpiente,
sino nuestra actitud en estas dos fases lo que hará que Dios se glorifique.
Muchos están aún llorando lo que perdieron en la
tempestad, otros esperando la muerte porque la serpiente los atrapó. Hay
alguien dentro de nosotros que nos desafía a mirar más allá de la tempestad y
la víbora para contemplar con ojos de asombro y brillo de alegría que hay
alguien más poderoso que la tempestad y más determinante que la víbora, listo
para entrar en acción abriendo las ventanas de los cielos y derramar su buen
tesoro para hacer prosperar la obra de nuestras manos. Mira tus manos. Que
tiene? Una víbora? Sacúdela. Que tienes en las manos? Nada porque la
tempestad lo arrebató todo? Sacúdelas y estés listo para ver que Dios
está a punto de llenarlas. Pero más importante que las manos llenas es que veas
como Dios puede usar esas manos vacías hoy y con cicatrices de mordida de
víbora para que Dios sane enfermos, haga milagros y des caricias de esperanza.
Nada se acabará hasta que Dios haga contigo lo
que ha determinado hacer. Tu actitud es la que cuenta ante la nueva etapa de tu
vida.
“Cuando no se puede lograr lo que se quiere, mejor cambiar de actitud”. Publio Terencio Afer (195 AC-159 AC) Autor cómico latino.
“Cuando no se puede lograr lo que se quiere, mejor cambiar de actitud”. Publio Terencio Afer (195 AC-159 AC) Autor cómico latino.
Sacude tu mano. arroja la víbora al fuego y
camina con firmeza hacía un nuevo amanecer en tu vida.